Ejercicios del suelo pélvico para la fisura
La fisura anal suele producirse debido a la evacuación de heces duras, diarrea e irritación rectal. Es una enfermedad bastante común, alrededor de 1 de cada 10 personas la padecen en algún momento de su vida. Puede afectar a personas de todas las edades y sexos, pero los niños y los adultos jóvenes de entre 15 y 40 años son más propensos a padecer fisuras anales y las probabilidades de tenerlas disminuyen a medida que la gente envejece. Las personas que han tenido fisuras en el pasado tienen más probabilidades de tenerlas en el futuro si no se trata la causa subyacente.
En cuanto note alguno de estos síntomas, debe consultar inmediatamente a un médico en lugar de autodiagnosticarse. El desgarro causado puede tardar de cuatro a seis semanas en mejorar por sí solo si es pequeño, pero si una fisura persiste más de ocho semanas, es crónica y necesita atención médica. El médico puede recomendarle que tome medicamentos como ablandadores de heces y pomadas tópicas o recomendarle ejercicios para las fisuras que le ayuden a aliviar las molestias. En caso de que su afección no parezca mejorar ni siquiera después de éstos, es posible que tenga que someterse a procedimientos quirúrgicos.
¿Caminar puede irritar las fisuras?
Caminar favorece la salud en general. Disminuye las probabilidades de formación de heces duras y estimula y favorece el flujo sanguíneo, lo que resulta útil en caso de fisura.
¿Duelen las fisuras al sentarse?
Sentarse puede ser bastante doloroso con una fisura anal. Es posible que veas unas gotas de sangre en el inodoro o al limpiarte.
¿Puedo caminar después de una operación de fisura?
Deberías poder irte a casa el mismo día. El dolor de la fisura debería mejorar rápidamente. Podrá reincorporarse al trabajo al cabo de unos días, dependiendo del tipo de trabajo que realice. El ejercicio regular le ayudará a reanudar sus actividades normales lo antes posible.
Clasificación de las fracturas pélvicas
DiagnósticoEl médico puede hacerle preguntas sobre su enfermedad y realizarle un examen físico. Esto suele incluir una inspección visual del ano. Se puede utilizar una sonda para examinar esta zona en busca de lesiones nerviosas. Por lo general, este tacto hace que el esfínter anal se contraiga y el ano se frunza.
Ejercicio y otras terapiasSi el daño muscular está causando la incontinencia fecal, su médico puede recomendarle un programa de ejercicio y otras terapias para restaurar la fuerza muscular. Estos tratamientos pueden mejorar el control del esfínter anal y la conciencia de las ganas de defecar.
Cuidado de la pielPuede evitar que la incontinencia fecal le cause más molestias manteniendo la piel que rodea el ano lo más limpia y seca posible. Para aliviar las molestias anales y eliminar cualquier posible olor asociado a la incontinencia fecal:
Cuando los tratamientos médicos no pueden eliminar por completo la incontinencia, productos como los absorbentes y la ropa interior desechable pueden ayudarte a controlar el problema. Si utilizas compresas o pañales para adultos, asegúrate de que tienen una capa absorbente en la parte superior. Esto ayuda a mantener la humedad alejada de la piel.
¿Caminar puede agravar una fisura?
La fisura anal suele producirse por la evacuación de heces duras, diarrea e irritación rectal. Es una enfermedad bastante común, alrededor de 1 de cada 10 personas la padecen en algún momento de su vida. Puede afectar a personas de todas las edades y sexos, pero los niños y los adultos jóvenes de entre 15 y 40 años son más propensos a padecer fisuras anales y las probabilidades de tenerlas disminuyen a medida que la gente envejece. Las personas que han tenido fisuras en el pasado tienen más probabilidades de tenerlas en el futuro si no se trata la causa subyacente.
En cuanto note alguno de estos síntomas, debe consultar inmediatamente a un médico en lugar de autodiagnosticarse. El desgarro causado puede tardar de cuatro a seis semanas en mejorar por sí solo si es pequeño, pero si una fisura persiste más de ocho semanas, es crónica y necesita atención médica. El médico puede recomendarle que tome medicamentos como ablandadores de heces y pomadas tópicas o recomendarle ejercicios para las fisuras que le ayuden a aliviar las molestias. En caso de que su afección no parezca mejorar ni siquiera después de éstos, es posible que tenga que someterse a procedimientos quirúrgicos.
Rehabilitación de fracturas pélvicas
La pelvis es un grupo de huesos en forma de mariposa situado en la base de la columna vertebral. La pelvis está formada por los huesos pubis, ilion e isquion (entre otros) que se mantienen unidos por ligamentos resistentes para formar una faja de huesos. Con un orificio en su centro, la pelvis forma un anillo mayor y dos anillos óseos más pequeños que sostienen y protegen la vejiga, los intestinos y el recto.
Las fracturas de pelvis son infrecuentes y varían ampliamente de leves (si se rompe el anillo menor) a graves (si se rompe el anillo mayor). Los anillos pélvicos suelen romperse en más de un sitio. Una fractura leve (como la que puede producirse por el impacto al hacer footing) puede curarse en varias semanas sin cirugía. Sin embargo, una fractura grave de pelvis puede poner en peligro la vida y puede implicar daños en los órganos que la pelvis protege. Este tipo de fractura suele requerir atención médica de urgencia y fisioterapia y rehabilitación prolongadas.
La mayoría de las fracturas de pelvis se producen durante accidentes a gran velocidad (como choques de coche o moto) o caídas desde grandes alturas. Las fracturas de pelvis también pueden producirse espontáneamente o tras caídas leves en personas con enfermedades que debilitan los huesos, como la osteoporosis. Con menor frecuencia, las fracturas de pelvis pueden producirse durante actividades atléticas de alto impacto.