Aún habiendo avisado los servicios meteorológicos, nos echamos al camino con voluntad férrea, pero el viento constante de cerca de 30km/h y racheado de cerca de 50, nos hizo desistir de usar los bastones
Pero no de marchar en la ruta prevista, parte la ruta 17 de la ciudad, parte el GR 99; y los eternos «galachos»
Partimos de los huertos urbanos al final de José Atarés, encaminando los pasos al puente de la NII
Y aunque el sol brillaba engañando, el frío o mejor dicho la sensación térmica, que nos hizo cerrar las prendas de abrigo
Ya al otro lado del río, tomamos por debajo del puente, el camino ribereño, muy agradable e ideal para hacer con bastones en su casi totalidad. Decidimos este camino, por no adentrarnos en la pista llamada camino de Monzalbarba, que se muestra en estos mapas
La ruta azul fue la realizada, y la roja la evitada, y por segunda ocasión en el mapa de la derecha, ya que por poco tráfico siempre es incómodo al caminante, amén que los gorgojeos, trinos y evoluciones de las aves; que habitan estos sotos ribereños, un espectáculo y lástima no conocer más de ellos
Ya a la vista el acuartelamiento de «Pontoneros» se nos alegran los sentidos ya que el puente del Ebro, anexo, es el punto de retorno
y aquí empezamos a darle sentido al lema de la marcha, «dos caballos… » efectivamente en uno de las casa a la entrada de Alfocea nos salen a saludar estos dos jumentos
los cuales agradecen las hierbas que les ofrecemos entre los barrotes
y así estaban los ribazos de los campos a la entrada, lleno de una extensa alfombra hoja de amapolas
El viento había hecho mella en la marcha retrasándonos y aunque vimos la Atalaya, no accedimos a ella, prefiriendo el resguardo de la vieja acequia para el solaz y refrigerio
Fina, trajo unas fresas riquísimas, que nos endulzaron el ánimo, y tras el ágape, el retorno, por el cauce de esto viejo curso de agua, ora en desuso; hasta los galachos
Pero que sorpresa la nuestra, al encontrarnos en los últimos 300 metros, los campos inundados teniendo que regresar al cruce dejado atrás, y recorrer todos los Galachos, ya que la marcha de hoy estaba ya haciendo mella, en los partícipes, pero como Jabates, siempre adelante
Y aquí el segundo motivo del lema de la marcha, «… y un poni». Pues si, en medio de los Galachos a su santa voluntad un panzudo poni ¿Qué no te lo crees? pues mira tú la foto
Se ve que de comida estaba harto, porque ni se inmuto al acercarle pasto a la boca. Los Galachos pletóricos que diría una que me conozco
y el pasaje vegetal que sale a la pista principal a reventar de rosas silvestres
Ya cerca de la valla que han puesto nueva para impedir el paso rodado en la pista mencionada, paró una furgoneta con dos hombres que preguntaron si habíamos visto un poni…
«Cosas veredes, amigo Sancho» dijo el hidalgo d. Quijote
Con el puente a la vista de la NII, y en el reloj marcando las 14:00 horas ya todo el afán era acortar para llegar al coche, y por ende a casa a refugiarse en una ducha reparadora, si cinco horas andando, la parada del almuerzo apenas 10 minutos
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