Nos echamos a la calle, aún a sabiendas del pronostico de viento, con la intención de abrir una nueva ruta al grupo
Descontando la parada que ha sido larga y explicaremos por qué, nos da un crono de 2 horas y 19 minutos, dividiendo lo recorrido por el tiempo, nos da una medía de 6’96 km/h y no hay error. Caminar junto a esta Jabate trota continentes es un reto hasta para mí
El camino «de la fuente de la Junquera» que así se llama desde su arranque en el canal junto al Paseo del Duque de Alba, hasta entrado en Cuarte, es 100% recomendable con bastones
La ruta hasta el punto de arranque ya es conocida, solo remontar el Canal desde el puente de la avenida América hasta el «ojo del Canal» o la curva que se adentra hacia la fuente de la Junquera
«Nooooo a Santa Fé noooo, que vamos a Cuarte»
En llegando al restaurante del mismo nombre, nuestra acompañante se pone a gritar, miro por el suelo, miro a mi alrededor y no veo el objetivo de sus mimos y atenciones hasta que…
Muérete lo gordo que está el gato, que ha roto el árbol
Continuamos entre campos, que ya muestran sus próximos frutos, el camino está vacío, tranquilo, y los aromas de las flores vienen a saludarnos, de pronto un grupo de ciclistas pasan, estos no saludan… y continuamos el andar hasta la estructura de la Z40, donde se abre hacia la autovía mudéjar y retorna a la ciudad por la derecha
y entre las columnas del viaducto del AVE, se intuye en el horizonte una industria con sendas chimeneas, que aún al cierre de esta crónica no acertamos a saber de que industria se trata
Ya el camino se hace a la derecha y de nuevo vuelve a la izquierda en varias ocasiones y sin dejarlo llegamos al termino del camino que lleva este nombre y para sorpresa y decepción no encontramos el río Huerva, ni siquiera un puente, ni el acceso a la localidad; sino que un gran polígono industrial se ha asentado a este y al otro lado del río impidiendo lo que en tiempos debió de ser un camino de ribera, plácido y refrescante
Pues ya que estamos aquí vayamos de compras, ¿a dónde? al Outlet de Izas, en uno de los polígonos de los dos vistos, encuentras ropa de calidad, si, pero de Outlet nada de nada, precios como los que encuentras en cualquiera de las otras tiendas de la firma, cosa de la vida; pero el cartel de la puerta no lo quitan, el de Outlet, claro
Tras la larga pausa, nuestra compañera es jabate, si, pero ante todo es mujer y ya se sabe, el chico hace de percha, calla y espera
Retomamos la senda, con la intención primaria de visitar el parque de Cuarte y ver el camino de salida a Santa fe, pero… el polígono se hace interminable, con mucho tráfico (sería recomendable que de volver fuera en fin de semana) Por lo q ue desistimos y regresamos como dios no da a entender, entre naves que ningún mar surcarán. Encontramos el parque de un restaurante que en otros tiempos debió de ser la delicia de grandes banquetes, para tomar el frugal tente en pie
Encontramos este bar de copas que está cerrado, mientras tratamos de ganar el río de cualquier manera con la ilusoria intención de andar por esa hipotética ribereña, pero las industrias, fincas y demás edificaciones nos cierran el paso por mucho que ahondemos por los callejones, lástima; solo queda espacio para el vil metal
Regresamos por dónde vinimos y sin levantar mucho polvo, sin queja, entre sonrisas y anécdotas vividas, fiel compañía de retorna viajes
Mayestático porte de los pilares del viaducto
El tramo de camino desde que este se hace asfalto hasta el parque de Cuarte media unos 1600 metros, entre calles de aceras estrechas y tráfico fabril. Pero desde ese parque hasta el Monasterio de Santa Fe, restan menos de dos kilómetros más convirtiendo en la ruta de hoy en un kilometraje de unos 20 kms, perfecta para una mañana de domingo, con bastones, y almuerzo incluido; para hacerlo en las campas del mentado monasterio
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